ClorNasal fue creado por el prestigioso neumólogo Cubano-Americano Gustavo Ferrer.
Durante su trabajo al frente del centro para el tratamiento de tos de Cleveland Clínic, Florida, el Dr. Ferrer fue uno de los primeros en investigar el valor de las terapias intranasales para la tos. En el 2010, los seguros de salud no cubrían el spray con Azelastine.
El grupo del Dr. Ferrer, en colaboración con otros investigadores de la Mayo Clinic usaron como sustituto la Clorfeniramina (Oral) en pastillas. Al ver los excelentes resultados con un costo mínimo, el Dr. Ferrer se planteó la siguiente interrogante: ¿Cómo puedo crear una Clorfeniramina para uso nasal? De inmediato inició los estudios de caracterización con la compañía inglesa Nanopharm y luego condujo todos los estudios en animales y humanos solicitados por la FDA.
Conociendo que la Clorfeniramina es un excelente antigripal, se dio a la tarea de estudiarlo contra varios virus—Influenza A/B, RSV, Rhinovirus y el COVID, donde muestra excelentes resultados.
Entre las grandes ventajas que las investigaciones en animales y humanos muestran está que no pasa al cerebro, por lo que no produce sueño, actúa local contra virus y alérgenos, haciéndola una poderosa arma anticatarral.
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